Nuestro pensamiento

Somos parte de este ambiente, el cercano en el que desarrollamos nuestra vida cotidiana, y el grande, el planeta Tierra.
No se trata de salvar al planeta como postura generosa y altruista, sino que somos un componente más dentro de los que conforman este ambiente y necesitamos aprender a vivir como parte de él.
Si nos asumimos como parte del ambiente podremos empezar a mirar a todo y a todos los que nos rodean de una manera más igualitaria y equilibrada comprendiendo su función, respetando su existencia.
Es en este punto donde aparece la escuela como entidad indispensable. Esto se aprende desde la primera infancia, sintiendo, disfrutando, riendo, sorprendiéndonos, haciendo, tocando, observando…
Por eso la Educación Ambiental en la escuela, por eso desde el Nivel Inicial, porque es necesario brindarle a los niños, la posibilidad de sentir y vivenciar para que luego, de adultos puedan ser, como ya lo dijo Atahualpa Yupanqui, “hombres-paisaje”.

LA EDUCACIÓN ECOLÓGICA EN LA ESCUELA

El sentido de abordar el conocimiento de lo natural con niños, es mirar el ambiente con otros ojos, con los ojos de la indagación y la pregunta. Por eso uno de los puntos primordiales de la tarea docente es la posibilidad de reconquistar cierta curiosidad que les permita elaborar interrogantes capaces de promover nuevos aprendizajes en sus alumnos.
Cuando hablamos de Educación Ecológica, estamos promoviendo el estudio de las interrelaciones de los organismos vivientes entre sí y con su medio, con mucho menos riesgo de caer en el estímulo de “alumnos soldados” y por tanto transferir la impotencia que esto implicaría ante la frágil posibilidad de cambiar el complejo mundo de los problemas ambientales. Por todo esto muchas instituciones, entre ellas Nuestra Tierra, vamos eligiendo hablar de educar ecológica más que ambientalmente, usando por ello el término “Educación Ecológica”.
El desafío de la escuela que incluye la propuesta de educación ecológica consiste en ofrecer recorridos didácticos que permitan organizar y sistematizar las informaciones que los alumnos ya tienen, incluir interrogantes que fuera de ella los chicos no se formularían, buscar las respuestas a problemas que los alumnos se plantean, estimular la búsqueda de nuevas informaciones, es decir, ampliar el repertorio de sus conocimientos.